jueves, 21 de mayo de 2020

Proyectos para Ciencias sociales, Emprendimiento y cátedra de paz grado 8

AQUÍ USTED ENCONTRARA TODAS LAS ACTIVIDADES.


para el glorioso grado octavo 

Estas actividades las puedes realizar en grupo a través  de documentos google compartidos entre los integrantes del grupo. !Máximo  3 personas¡

recuerda marcar con nombres y apellidos completos, mas el grado y el titulo del tema desarrollado.

ojo : Actividades sin marcar correctamente no se califican 

Cómo manejar el confinamiento en familia durante la cuarentena ...

Cátedra de paz y emprendimiento

Actividad individual para cada grupo familiar
Emprender como fuente de amor en la familia.


esta actividad seria ideal hacerla con alguno de tus padres 


▷ Las principales Funciones de la Familia - Como Funciona Que



Ver el siguiente vídeo



LA PAZ SE HACE EN FAMILIA

La paz se hace en la familia, así de sencillo. Cada uno de nosotros en nuestra casa puede hacer una diferencia en la vida de nuestras familias y por lo tanto de nuestra comunidad. Es cuestión de creer en la fuerza de una buena familia. Esa se hace y se fortalece día a día haciendo llegar un mensaje claro de amor a sus miembros. El amor o el afecto puede llegar de muchas maneras, pero tiene que ser el protagonista central. Sin él no podemos construir el respeto y la autoestima de los hijos. No es una tarea fácil, pero con un pequeño esfuerzo diario se puede lograr.

21 de marzo 1999 , 12:00 a.m.
Una buena familia es aquella que ayuda a todos sus miembros a crecer y ser fuertes. Es un núcleo donde existe un clima de confianza donde se pueden contar las cosas diarias sin temor a ser juzgados. Una familia adecuada es tolerante de las debilidades de cada quien. Apoya también los talentos y fortalezas que tengan los hijos. Permite los errores porque entiende que solo así aprenderán a crecer adecuadamente, logra un equilibrio entre la autoridad y el amor que permite el desarrollo sano de sus miembros.
Una buena familia tiene rutinas y ritos que todos respetan. Comen juntos aunque sea una vez al día. Celebran los cumpleaños y las Navidades juntos. Se acompañan entre sí en las buenas y las malas. Pasan tiempo juntos, y también abren el espacio del tiempo individual. Cada hijo necesita un tiempo o un espacio que sea solo para él (ella). En una buena familia existe el respeto por los padres y por los hijos. El maltrato se minimiza. Se acepta el conflicto como parte necesaria de la vida cotidiana. La convivencia implica algo de conflicto pero se asume una actitud constructiva frente a este. En una buena familia existen buenos ejemplos por parte de los padres con el testimonio de vida de los padres, se les enseña a los hijos valores como honestidad, generosidad, respeto y confianza. A los hijos se les supervisa sin darles una atención exagerada. Se está allí disponible más no demasiado involucrado.
En una buena familia va a haber de todo un poco, sin que por eso se rotule a los hijos. Encasillar a un hijo como el difícil, al otro como el inteligente, hace mucho daño pues no permite que el ser humano cambie. Cada miembro tiene derecho a ser como es y debe tener la libertad de desarrollar su potencial. Una buena familia es capaz de mandarle al hijo el mensaje de que pase lo que pase los demás miembros siempre estarán ahí.
El pertenecer a una familia fuerte y unida es el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos y a las futuras generaciones. Esto se lleva muy adentro y vale más que el dinero, el poder o cualquier otra riqueza. Así de sencillo, construyamos familias buenas de verdad y así sí podemos construir una verdadera paz.
tomado de:

Actividad de cátedra de paz he emprendimiento.

Taller (Que es un taller, no es una tarea, es un lugar donde se construye algo, un bien quizás, pero termina por ser algo que tiene mucho valor, no en si mismo por el producto que puede llegar a surgir de ahí de ese espacio sagrado, si no que en ese espacio se trabaja y el trabajo dignifica el hombre, lo hace mejor cada vez, porque ese hombre se hace dueño de sí, y cuando el hombre se hace dueño de si, se hace dueño de su trabajo. Ser dueño de lo que uno hace, es ser responsable de si y de los otros. y cuando comenzamos a ser responsables de nosotros y de otros somos lideres y ser líder requiere de compromiso, no solo con nosotros sino con los otros. Así mismo debemos ver la familia con un taller un espacio de construcción de bienes y ser vicios que no tiene valor alguno comercial, pero no se podría calcular la riqueza de ellos mismos, con todos los granos de oro del planeta tierra y los que puedan existir espacio exterior, cuando de este taller  llamado familia se construye el amor y los valores, y su servicio es amar y servir a su proximó y este es todo aquel que le han negado la humanidad misma de tener un trabajo, y de trabajar lo mas preciado que puede poseer un hombre un taller llamado familia). 

Anonimo. S.J


1) A partir  del textos anteriores, busque a cada uno de los integrantes de su familia (lugar de residencia) y pidan permiso para darles un abrazo, después de abrazar a cada uno, exprese los sentimientos  que siente por ellos, luego de esto describa su experiencia construyendo amor y confianza dentro de su núcleo familiar.
2) ¿Escribe un pequeño relato por que la familia es un gran emprendimiento y reflexionando sobre las constitución de la familia china, y sobre lo que piensas de las cosas buenas y malas que tiene esta cultura sobre la familia y que podemos percibirlas desde la óptica de nuestra cultura?
3) Redacta el compromiso de liderazgo y construcción de valores para tu familia, después, has que cada uno de ellos (integrantes familiares) lo lean y lo firmen para poder trabajar construyendo amor dentro de la empresa o taller familiar.
4) Describe la experiencia que tuvo tu familia al leerlo y firmarlo.
5) escribe a partir de los textos anteriores si después de esta  actividad, te sientes mejor y si ahora estas de ser propietario, integrante, trabajador, empleado y líder de un taller o una empresa.


Ciencias sociales 

Colonialismo y darwinismo social: genocidios en África (Congo y ...

Colonialismo europeo en África

sociales: COLONIALISMO EN AFRICA, ASIA Y AMERICA

ver los siguientes vídeos





ojo Si quieres tener mas poder intelectual sobre áfrica lee el siguiente texto


EL COLONIALISMO EN ÁFRICA (SIGLO XIX)  


Desde el siglo anterior, la nueva organización económica y el progreso de las técnicas habían dado un nuevo impulso a los descubrimientos. En 1788 se creó en Londres la "African Association" que estaba destinada a promover la exploración del continente negro e incrementar allí el comercio y la autoridad política de Gran Bretaña. 

En 1795 el escocés Mungo Park (1) descubrió el Níger, que hasta entonces sólo era conocido por los árabes, después de un peligroso viaje en el que a la hostilidad de las poblaciones musulmanas se sumaban los obstáculos naturales.  Después, durante el siglo XIX, los europeos siguieron expandiéndose por Asia y África. Grandes extensiones fueron conquistadas directamente, sometiéndolas a la administración de algún país europeo o quedando bajo su control económico.  La colonización se inició con una fase de conquista arbitraria que fue sustituida a finales del siglo por una organización y desarrollo metódicos llevadas a cabo por los estados que, frecuentemente, tuvieron intereses contrarios. Los tratados y convenciones, en los que normalmente se impuso la ley del más fuerte, obligaron a las potencias coloniales a que se respetaran recíprocamente los derechos de soberanía.   
En África, los europeos se encontraron con formas de organización débiles y éstas no resistieron. A finales de siglo, quedaron dos estados indígenas: Marruecos y Abisinia; una república negra de reciente creación, Liberia, dos repúblicas independientes de colonos blancos, Transvaal y Orange, y dos Estados vasallos del imperio otomano, Trípoli y Cirenaica. Pero aun estos países independientes se vieron involucrados enseguida en nuevos intentos de conquista llevados a cabo por países europeos.   
Durante la primera mitad del siglo, casi la totalidad de las expediciones fueron realizadas por británicos, excepto la de Mollien en el Senegal en 1819 y la de René Caillié que fue, en 1828, el segundo europeo que penetró en la legendaria Tombuctú (después de Gordon Laing, asesinado en 1826).   
La mayoría de los viajes procedían del Sáhara, con Trípoli como punto de origen. La exploración de la costa guineana fue obstaculizada, en cambio, durante mucho tiempo, por un clima mortífero para el europeo, hasta 1851, año en que comienza la utilización revolucionaria de la quinina a título preventivo.   Estas exploraciones, basadas en seculares tradiciones comerciales a lo largo de la costa y en la convicción de la riqueza del Sudán transmitida por los autores árabes, se presentaban, ante todo, como una aventura económica.   
Sin embargo, el movimiento fue pronto reanudado por la propaganda humanitarista, deseosa de acabar con la trata de negros y que preconizaba el comercio lícito de los productos agrícolas.   
Este tipo de influencia fue especialmente sensible en África Oriental, donde los primeros exploradores fueron todos misioneros atraídos por el deseo de luchar contra el tráfico de esclavos (el alemán Krapf exploró Kenia en 1837, Niew estableció en el interior de Mombasa la primera misión metodista...). Pero el más célebre fue Livingstone (2) que, de 1842 a 1872, atravesó el África Central de punta a punta. En la práctica, su expedición llevará directamente a la conquista, ya que poco después, Stanley (3), periodista y aventurero enviado en su busca, contribuiría, al atravesar de Este a Oeste la cuenca del Congo (1877), a provocar la reunión de la conferencia de Berlín, preludio del reparto definitivo.   
Aunque en la expansión misionera no existe una voluntad deliberada de conquista (en Gran Bretaña la opinión general pensaba que la creación de colonias era un mal negocio), sin embargo, lo cierto es que la acción de los misioneros preparaba, de hecho, las condiciones de la expansión que acabó pareciendo el resultado legítimo de movimientos humanitarios ("el deber del hombre blanco", encargado, si era necesario por la fuerza, de liberar a los pueblos del yugo de sus soberanos y enseñarles a explotar sus propias riquezas). Se habían puesto, por tanto, las bases para la expansión política, que tendrá lugar a continuación.   
El proceso fue análogo en todas partes: más tarde o más pronto, los negociantes chocaban con las estructuras preexistentes. Apelaban a la ayuda de las fuerzas del Estado, el cual acababa apoderándose de los puntos estratégicos necesarios para proteger los intereses locales. De esta forma, se inició la expansión que alcanzará su culmen en el último cuarto del siglo.   
Los Estados, necesitados de abundantes materias primas para sus industrias modernas y de amplios mercados, van a volver sus ojos sobre el pastel africano. Se produce así el reparto de África.    

REPARTO DE ÁFRICA   

El África negra, que en 1870 estaba apenas colonizada excepción hecha de las zonas costeras, se distribuirá entre los principales estados europeos. Dejando aparte la mayor o menor importancia de los factores económicos y políticos que incitan a las potencias a disputarse el continente africano, lo cierto es que antes de fin de siglo no queda nada que repartir.   
A partir de la década de los setenta, los apetitos del colonialismo de los distintos países europeos chocan en África. En el Norte, existía una efectiva presencia de los ingleses en Egipto, con una penetración hacia el interior siguiendo el curso del Nilo, y de los franceses en Argelia y Túnez.   
Asimismo, en el África negra los franceses pretendían internarse desde, Senegal y Gabón. Portugal poseía las zonas costeras de Angola y Mozambique.   
Leopoldo II (4) (que había contratado a Stanley como explorador) pretendía crear, a título personal, un Estado centroafricano del Congo, cuyo monarca sería él mismo. Sus aspiraciones chocaban con las de ingleses, franceses y portugueses, todas las cuales empezaban a ver el continente africano con un interés colonizador cada vez mayor.   
Para solucionar por vía diplomática los intereses encontrados en el Congo y en otras partes de África, se convocó la Conferencia de Berlín, presidida por Bismarck (9). Asistieron representantes de catorce países, ninguno de los cuales era africano. Sentados frente a un mapa de África, en la opinión pública de la época y, para siempre, quedó la imagen de que esos hombres se repartieron un continente.   
Si no es absolutamente exacto, lo cierto es que de esa conferencia salió el Tratado de 26 de febrero de 1885, que fija las bases del reparto de África:  - La posesión de las zonas costeras supone el derecho a un territorio interior ("hinterland").  - El derecho de posesión se funda en la ocupación efectiva y no en derechos históricos o de otra especie.   
 La navegación por los grandes ríos (Níger, Congo) sería internacionalizada.  - Se reconoce el Estado libre del Congo bajo la soberanía personal de Leopoldo II   
Sobre estas bases, y antes de que acabe la centuria, se remodelará el mapa africano que en nada se parecerá, al finalizar el siglo, al de 1870.   
Gran Bretaña, hasta finales de la década de los ochenta a través de compañías y posteriormente mediante la acción gubernamental, amplió sus dominios: Poseía ya centros de trata de esclavos (especialmente activos hasta el siglo XVIII) como Sierra Leona y Gambia. Como zona de poblamiento de excedentes demográficos, hay que señalar fundamentalmente África del Sur (en la que se producen enfrentamientos con la población bóer de origen holandés).   
En la gran etapa colonial de finales del siglo XIX, Inglaterra consolida sus posesiones en Sudáfrica a partir de 1880 y obtiene el protectorado sobre Egipto (1882). Especial interés tiene el control de los accesos al Canal de Suez, por lo que en 1875 Disraeli (5) ordena la compra de 176.000 acciones del Canal. En el resto de África, se hace con otras colonias, bajo el nombre de protectorados:   
En 1885 se inicia la ocupación de Bechuanalandia (actualmente Botswana y Zimbabwe); en 1886, Nigeria; en 1887, parte de Somalia; en 1888, Kenia; en 1889, Rhodesia (actualmente Zambia); en 1890, Zanzíbar; en 1896, Uganda y Ashanti (actualmente Ghana); en 1897, Sudán. Durante el año 1898 llegan a las fuentes del Nilo y después de la guerra de los bóers, los británicos se anexionan Transvaal y Orange. En apenas dos décadas, Gran Bretaña había hecho realidad el proyecto de dominar un eje que cruzara África de Norte a Sur.   
Efectivamente, un ciudadano británico podía ir desde El Cabo a El Cairo por  tierras bajo dominio de su país, salvo una franja que podía ser salvada navegando por ríos o lagos internacionales (especialmente el lago Tanganica).   

Francia fue otro país europeo que consiguió buena parte del territorio africano, especialmente durante la III República. Jules Ferry (6) impulsó al país en el sentido de convertirse en una auténtica potencia colonial. En África poseía ya, desde 1830, Argelia, que ocupó en toda su extensión, desde donde partió la anexión de Túnez (1881). En Senegal, la presencia francesa databa de 1817. Desde mediados de siglo había una influencia gala en Costa de Marfil.   
Varias expediciones en los años ochenta permitieron el control del conjunto del África occidental y Ecuatorial (actualmente Mauritania, Senegal, Guinea, Burkina Faso, Costa de Marfil, Benin, Níger, Chad, República Centroafricana).   
A este inmenso territorio, que prácticamente suponía todo el Noroeste del Continente, se añadieron otras colonias: Madagascar (colonia desde 1896), el Congo Francés (actualmente Gabón, donde los franceses tenían una colonia desde 1841, y el Congo) y una parte de Somalia (Djibuti), pequeña pero con gran interés comercial y estratégico.   
En la década de los noventa, los franceses afianzaron su presencia en la región Este. Además de Somalia, apoyaron al emperador de Etiopía, Menelik II (7), quien logró garantizar frente a Italia la independencia de su país.   
Entre Chad y Etiopía quedaba un inmenso territorio: Sudán, de dominación egipcia hasta los años ochenta. En 1882 el mesías musulmán ("mahdi") Mohammed Ahmed de Dongola comenzó la ocupación de Sudán, que continuó por los derviches, seguidores del mahdi, a su muerte en 1885.   
Francia consideraba que se trataba de una tierra de nadie y, que por lo tanto, podría se ocupada por la primera potencia que llegase.   
Gran Bretaña entendía que Sudán seguía perteneciendo a Egipto.   
Los franceses y los británicos deseaban asegurar el control del Nilo. El pequeño grupo de soldados del comandante Marchand, en nombre de Francia, ocupó Fashoda en la zona del Alto Nilo de Sudán. Por otra parte, el mariscal de campo inglés Kitchener avanzaba al frente de un poderoso ejército y recuperaba para Gran Bretaña el Sudán anglo-egipcio tras la derrota de los mahdistas al tiempo que construía un ferrocarril que lo unía al Mediterráneo.   
Las reivindicaciones francesas sobre la región de Fashoda, en virtud del derecho de la primera conquista, fueron rechazadas por los ingleses que exigieron la retirada de Marchand. El incidente fue considerado por Francia como un severo desastre.  

En estos momentos, Francia se encontraba debilitada por el caso Dreyfus (8) y no podía contar con un eventual apoyo ruso. El gobierno francés no tardó en reconocer que Sudán debería quedar en manos de Egipto aunque en condominio con Gran Bretaña que, de hecho, llegó a expulsar temporalmente de Sudán a los administradores egipcios.   
Como acabamos de ver, Gran Bretaña deseaba el dominio del eje Norte-Sur.   
Francia soñaba con una cadena de colonias desde Este al Oeste que conectara sus territorios del océano Atlántico con la pequeña posesión en Somalia.   
Evidentemente, ambas intenciones eran incompatibles. Después del choque de Fashoda (1898), prevaleció el interés británico. Además de Gran Bretaña y Francia, otras potencias europeas se aprestaron a la ocupación del continente africano.   
Bélgica se hizo con el enorme territorio del Congo en África Ecuatorial. En principio, se trató de una asociación con fines comerciales y benéficos, que presidía el rey Leopoldo II (4).   
En 1908, ante el falseamiento de los fines de la asociación, el rey de Bélgica aconsejó la transferencia de la administración al Estado belga. Debido a la política europea de Bismark, Alemania se incorporó relativamente tarde al reparto colonial.   
Efectivamente, el canciller se resistió cuanto pudo a las presiones de los grupos económicos partidarios de la expansión. En 1882 se establece una Sociedad Colonial Alemana. Los mejores territorios estaban ya acotados de tal manera que Alemania ocupó algunos de los menos interesantes: Togo, Camerún, África del Sudoeste (actual Namibia) y África Oriental Alemana (Tanzania).   
Portugal amplió sus bases en el sur de África, se hizo con Angola y Mozambique, el más duradero de los Imperios europeos, que no pudo completarse con la unión de ambas colonias, según el deseo portugués. El ultimátum inglés (1891) limitó aquella expansión.   
España e Italia se conformaron con escasos territorios: El Sáhara (1884) y Guinea para el primer país, Eritrea (1883) y Somalia (1889) para el segundo.   
El reparto del Norte de África se completó en 1912 con la ocupación de la actual Libia por Italia y el acuerdo de dividir Marruecos entre España y Francia.   
En apenas dos décadas, los europeos dominaron prácticamente el conjunto del continente africano fijando unas fronteras que, frecuentemente, fragmentaron a pueblos hasta entonces unidos. Esta disgregación se mantuvo cuando, pasada la II Guerra Mundial, comenzó la fase descolonizadora.   Los nuevos Estados asumieron las fronteras trazadas por los colonizadores. Es uno de los signos de una nueva historia africana que cambió tajantemente en los últimos años del siglo XIX.  Los africanos, a los que nos hemos referido antes, no aceptaron sin resistencia la conquista. Indudablemente, eran más débiles. Sin organización ni armas adecuadas para combatir, sucumbieron rápidamente. No obstante, para someter a los africanos, los europeos hubieron de matar a cientos de miles de ellos con modernos ejércitos, cuyos enemigos, salvo excepciones, no eran los otros ejércitos de los países que se habían repartido las tierras sino aquellos que durante siglos las habitaron y poseyeron.



Actividad Ciencias sociales Colonialismo europeo en áfrica 


1. ¿Por qué Europa pudo llevar a cabo el proceso de colonización en Africa?
2. ¿Cuáles fueron los intereses de las potencias de Europa en este continente? 
3. ¿Cómo se llevó  a cabo el reparto de África?
4. Expone tu postura sobre el proceso de colonización africana. 
5. Investiga ¿Qué era el Apartheid? Y elabora un pequeño escrito en donde expongas tu punto de vista sobre esta forma dominación por parte de Gran Bretaña. 

BUNUS TRACK 


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El reparto de África

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